Relación médico-paciente
En la atención de los
enfermos hemos señalado, un aspecto primordial es la relación médico-paciente,
cuyas bases se encuentran en los principios mismos de la bioética. La relación
médico-paciente es el contrato, generalmente no escrito, establecido por
personas autónomas libres de iniciar, continuar o romper esta relación.
En la interacción del
enfermo con el médico y el equipo de salud, basada en la comunicación y la
disposición para conseguir objetivos comunes, como son la prevención de
enfermedades, preservación y recuperación de la salud, con rehabilitación y
reintegración al núcleo familiar, social y en ocasiones laboral, existen varios
modelos de relación médico-paciente; cuatro son los más importantes y
comúnmente aceptados.
Modelo paternalista:
En el que prevalece
la actitud autoritaria del médico que dirige las acciones, indica y/o realiza
los procedimientos diagnósticos terapéuticos, mientras que el enfermo sólo
acata las indicaciones, sin que se tomen en cuenta su opinión, dudas o temores.
Es una relación tipo sujeto-objeto en la cual, aunque se trata de beneficiar al
enfermo, no se respetan su autonomía, su libertad, su capacidad y derecho a
decidir. Este modelo es frecuente en México y países latinoamericanos, sobre todo
en el medio rural.
Modelo dominante:
En contraste con el
anterior, es el enfermo quien, de acuerdo con sus conocimientos o bien por la
información obtenida, pide o exige que, de acuerdo con el diagnóstico
establecido, se realicen determinados procedimientos diagnóstico-terapéuticos.
Es una relación tipo sujeto-objeto que suele ocurrir cuando el médico tratante
tiene poca experiencia. En estos casos el abuso de autonomía del enfermo puede
ser perjudicial.
Modelo de
responsabilidad compartida:
En este modelo se
establece una buena comunicación, se informa al enfermo y la familia, lo
referente a su enfermedad, el diagnóstico, el tratamiento y el pronóstico, así
como la posibilidad de complicaciones. Se aclaran sus dudas y se trata de
disipar sus temores; se discuten las alternativas y en forma conjunta se toma
la mejor decisión.
En este modelo
intervienen la autonomía, la libertad y el juicio del paciente, en relación a
lo que quiere o lo que espera, todo ello bajo la orientación del médico
tratante. Es una relación tipo sujeto-sujeto, por lo que debe ser deseable
tratar de implementarla.
Modelo mecanicista:
En él la atención se
lleva a cabo de acuerdo con disposiciones administrativas estrictas; se siguen
protocolos de manejo rígidos, el enfermo no elige al médico tratante y no
siempre es atendido por el mismo médico lo cual interfiere en la relación
médico-paciente. El exceso de burocracia y trámites administrativos retarda el
tratamiento y deteriora la relación, que es de tipo sujeto-objeto. Este modelo
es frecuente en la medicina institucional, aunque también ocurre hoy día, en la
atención proporcionada por empresas prestadoras de servicios y por compañías de
seguros.
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